En primer lugar, quiero destacar el orgullo que siento de que en nuestro país tengamos Universidades Públicas, que todos podamos tener acceso a la educación, contando con las mismas herramientas a nuestro alcance para formarnos profesionalmente, para construir nuestro futuro y hacer un cambio desde el lugar que nos toque ocupar. Eso es algo que tenemos que valorar y asumir con responsabilidad.
Mi experiencia en la FCEyA fue muy positiva, durante muchos años fue prácticamente mi casa y la sentí como tal. La facultad es hermosa y tenemos todas las comodidades como alumnos: los distintos espacios donde podemos estudiar, la sala de computación, la biblioteca y además los chicos del centro de estudiantes que siempre están predispuestos a resolver todas nuestras necesidades y los profesores con su excelente vocación para enseñar.
Recuerdo cuando tomé la decisión de estudiar la carrera de CPN, una decisión tan importante para mi vida y a la vez difícil para alguien en una edad tan complicada como es a los 18 años, en donde me invadía el miedo y la incertidumbre.
Con el tiempo fui conociendo a mis compañeros, que hoy puedo llamar amigos, los que compartían las mismas ganas y el entusiasmo que yo tenía y con quienes tuve la suerte de recorrer la mayor parte del camino juntos. Personas que en esta etapa se convierten en pilares fundamentales, ya que siempre están para ayudarte, escucharte, aconsejarte, enseñarte y levantarte el ánimo cada vez que sea necesario. Personalmente siento que no hubiera podido lograrlo sin ellos y el apoyo incondicional de mi familia.
El aprendizaje, el crecimiento no sólo profesional sino también personal y las personas que conocí en esos pasillos y aulas son invaluables.
Puedo afirmar que el que llega a la meta no es el más inteligente, sino es aquel que a pesar de todas las adversidades que se le presentan en el camino, las afronta, se levanta y sigue adelante.
Por eso, mi humilde consejo para aquellos estudiantes que lean esto es que nunca bajen los brazos. No voy a negar que el camino es difícil, que hay mucho esfuerzo y sacrificios detrás, pero tampoco es imposible. Hace falta perseverancia, constancia y disciplina.
Aprovechen las actividades extracurriculares, el conocimiento de los profesores, el tiempo que es lo más valioso que tienen y sobre todo disfruten esta hermosa etapa que seguramente luego van a extrañar.
C.P.N. Luis Daniel Sala
Graduado de la FCEyA